Hace pocos días me invitó mi ex alumno y amigo Ricardo Cordero, gerente
de control de la empresa Credix, a compartir con ellos una charla sobre
innovación. El reto de innovar es difícil para todas las empresas y
organizaciones, pero cuando hablamos de una empresa pequeña o mediana, donde no
hay abundancia de recursos, ese reto es mayor.
A partir de lo que conversamos en Credix pude reafirmar algunos temas
que enseñamos en nuestros cursos de gerencia del conocimiento y la innovación,
pero también me hizo reflexionar sobre algunos de ellos.
Para empezar, la teoría nos dice que un esfuerzo por incentivar
sistemáticamente la innovación en cualquier empresa debería considerar o tener
al menos los siguientes elementos:
1. Una estrategia o visión que la guie, con definiciones básicas sobre
qué entendemos en la empresa por innovación, qué esperamos de ella (objetivos),
cómo la evaluaremos (métricas) y algún plan operativo sencillo.
2. Una estructura que siga a la estrategia, lo cual para efectos
prácticos usualmente se traduce en algún comité de innovación y algunos
“campeones” que están convencidos de la importancia del tema.
3. Un proceso que al menos contemple las tres fases básicas de todo proceso
de innovación: generación de iniciativas, evaluación de ellas y ejecución de
las seleccionadas.
4. Algunos esfuerzos tendientes a crear o fortalecer una cultura
organizacional favorable a la innovación.
5. Talento humano y liderazgo motivados a innovar.
Me parece que en las empresas costarricenses el tema del talento humano
para innovar es campo fértil. Por ejemplo en Credix pude ver el interés de las
personas por participar en la charla, por preguntar y aportar. Además me
mostraron cómo producto de una primera convocatoria surgieron bastantes ideas
interesantes y muchas de ellas aplicables en el corto plazo.
También en Credix pude constatar que fue relativamente sencillo
instaurar un comité de innovación. No fue difícil identificar gente capaz y motivada
que rápidamente puso manos a la obra. Asimismo el liderazgo en Credix parece
apuntar a poner énfasis en la importancia de innovar. Una muestra de ello es
que el gerente general de la empresa estuvo sentado en primera fila durante la
charla y planteó algunas consultas muy interesantes.
El reto más fuerte surge entonces en dar continuidad y hacer sistemático
el esfuerzo de la innovación.
Lograr pasar de estos primeros esfuerzos aislados a una estrategia
definida es un primer reto. Creo que en este tópico sucede algo similar a
cuando nace un emprendimiento, primero se debe dar a conocer el producto o
servicio al mercado, comprobar que hay clientes que lo comprarán y cuando se
alcance cierta estabilidad es bueno empezar a pensar en estrategias y un poco
de formalización. En el caso de Credix ese nuevo producto (la innovación) ya
demostró que tiene potencial de mercado (dentro de la misma organización
Credix). Ellos están pensando en una
segunda convocatoria, estoy seguro que les irá bien y mejor que en la primera.
Después de esa segunda convocatoria el reto será empezar a pensar en una
estrategia de innovación y formalizar algunas cosas.
Otro reto tiene que ver con los procesos. Se deben afinar y mejorar. Por
ejemplo manejar la ejecución de las ideas seleccionadas es fundamental pero
igual de importante es manejar los flujos de ideas que son rechazadas o no
aplicables en el corto plazo. Acá es importante que las personas no sientan que
sus aportes son ignorados.
Y aunado a lo anterior como último pero no menos importante factor
aparece la cultura. Ir entre todos, día a día, pero además con acciones y
eventos planificados, construyendo esa cultura organizacional donde la
innovación sea vista como algo cotidiano, propio de la organización y bien valorado.
Creo firmemente que como Credix, muchas empresas pequeñas y medianas de
nuestro entorno pueden iniciar exitosamente el viaje de la innovación, es
cuestión de decisión y emprendimiento.
Me gustaría mucho conocer su opinión. ¿Cree que innovar es viable para
las pequeñas y medianas empresas? ¿Conoce casos exitosos? Lo invito a opinar.