martes, 30 de noviembre de 2021

Preguntas para planificar el año 2022

Nos acercamos a la época que en muchas empresas se evalúa lo alcanzado durante el año y se planifica el siguiente (temporada de planes estratégicos lo llama mi colega Erick Guillén). En este tiempo de crisis por la pandemia y todas sus secuelas, quizá, va a ser más retador, pues el trajín diario en tiempos de crisis se agudiza y será más difícil detenernos para evaluar y planificar. No obstante, hay que tratar de hacerlo.

Ya sea con algo estructurado y formal como un plan estratégico o con algo menos formal, es tiempo de plantear preguntas que al responderlas, nos lleven a mejorar nuestras empresas (también aplica para las personas).

En este post corto, le propongo preguntas que podría o debería plantearse junto con su equipo de trabajo.

¿Qué nos enseñó la crisis?, pero más importante aún, ¿Cómo mejoré durante la crisis y cómo seguiré aplicando lo que aprendí?  

¿Qué cambio experimentaron nuestros clientes y de qué forma me adapté a ello? ¿O fallé al intentarlo?

¿Qué aprendí de mi equipo de trabajo, de las personas con las cuáles interactuó y de que forma mejoré mi relación con ellos?

¿Cómo manejé mi relación con los proveedores y de qué forma aprovecharé eso para el beneficio de mi empresa?

¿Cuáles nuevas oportunidades y amenazas surgieron durante la pandemia y cómo las aprovecharé o enfrentaré?

La pandemia ha ocasionado mucho dolor y sufrimiento, pero a la vez nos ha dejado ver cómo personas, empresas y organizaciones han sacado lo mejor de si mismas para vencer los obstáculos. Eso que hemos aprendido, mejorado y superado no se puede simplemente olvidar cuando vayamos retornando a la "normalidad", sería un desperdicio enorme. 

Una frase expresada por Rahm Emanuel, político estadounidense, señala: Nunca permitas que una buena crisis se desperdicie. Es una oportunidad para hacer las cosas que alguna vez pensaste eran imposibles.

Parafraseándolo, ahora es tiempo de permitir que la crisis sea de provecho, que nos lleve a seguir haciendo las cosas que aprendimos durante ella. 

lunes, 1 de noviembre de 2021

Una marca poderosa sin contacto directo con su consumidor final: ¿es lo que busca corregir Zepol o hay algo más?

Hace poco días la empresa Zepol anunció la creación de su primera tienda propia (física y próximamente virtual), en la cual venderá directamente sus productos. Además, en dicha tienda comercializará productos de Pymes o emprendedores que complementen su oferta.

Desde el punto de vista estratégico es una decisión  que puede responder a varias causas. Me gustaría analizar brevemente la situación, pues me parece un ejemplo muy ilustrativo para quienes estamos en el campo de la estrategia empresarial. 

Zepol es una marca muy poderosa en el mercado costarricense y probablemente en otros países además sea una de las llamadas "marcas de nostalgia". Antes de analizar su movida estratégica, dedico un párrafo de antecedentes para quienes no conocen la marca. 

Laboratorios Zepol es una empresa industrial costarricense con más de setenta años de existencia que fabrica más de 30 productos farmacéuticos y de cuidado  personal, mayoritariamente en la categoría de ungüentos, cremas y gel antibacterial.  Su producto estrella es el ungüento Zepol. Lo interesante de este producto es que ha logrado posicionarse de tal manera en el mercado costarricense que incluso lo hemos hecho verbo, mucha gente habla de "zepolearse". Tengo amigos que son "Zepol-dependientes", una de ellas incluso no puede conciliar el sueño si antes no se "zepolea". Y en medios de prensa así como redes sociales frecuentemente se ven noticias o comentarios en la misma línea. En fin es una marca muy poderosa en el mercado costarricense.

Lo primero que llama la atención es que estamos hablando de una marca que se vende a través de intermediarios, es decir, grandes cadenas de supermercados, pequeños supermercados o tiendas locales así como farmacias. Entonces acá surge una primera cuestión estratégica, es muy meritorio que la marca sea tan potente sin haber tenido ese contacto directo (al menos desde el punto de vista del canal de venta) con su mercado meta. Abriendo una tienda propia eso puede mejorarse y se puede abrir un canal de comunicación directo con el consumidor final. 

Otra cuestión a considerar es que quizás solamente vender sus ungüentos y cremas no sea suficiente para sostener una tienda propia. Por eso anunciaron que desean establecer alianzas con Pymes y emprendedores que fabriquen productos que complementen su oferta y venderlos en su tienda. Acá detecto otra movida bien pensada. Esas alianzas les permitirá ampliar su oferta (ayudando que la tienda sea rentable) pero además les abre un espectro de oportunidades muy interesante, ideas para sus propios productos, posibilidades de innovación, posible aumento de su cartera ya sea por alianza o incluso comprando marcas o formulaciones, en fin, puede ser la vía de crecimiento futuro.

La pandemia sin lugar a dudas ha tenido mucho que ver con algunas de estas decisiones, incluso en entrevistas que vi la empresa reconoce que sus ventas han aumentado bastante por el tipo de productos que venden. Pero ese efecto positivo de la pandemia hay que saber capitalizarlo. Para una empresa de las dimensiones de Zepol (100 empleados y presencia en toda Centroamérica, partes de EE.UU y el Caribe), las posibilidades de crecimiento abarcan básicamente incrementar las ventas de sus productos actuales en sus mercados actuales, abarcar nuevos mercados o ampliar su cartera de productos. Con esta decisión exploran dos de esas alternativas.

Finalmente, explorando su página en Internet pude ver que es una empresa con varias certificaciones como ISO 9001, ISO 14001; "Esencial Costa Rica", entre otras, además con un explícito compromiso social que abarca el apoyo a las políticas del Estado, compromiso con la comunidad, sus colaboradores y que mantiene valores familiares arraigados. Sin lugar a dudas un ejemplo del tipo de empresas que honran el espíritu empresarial. Deseo que esta decisión rinda buenos frutos para Zepol y sus aliados.

jueves, 30 de septiembre de 2021

Costa Rica sigue estancada en temas de innovación

Los países más innovadores del mundo son Suiza, Suecia y Estados Unidos. Costa Rica ocupa la posición 56 de un total de 132 países analizados. Estos datos se desprenden del informe del Global Innovation Index (GII) 2021, presentado hace pocos días.


El GII es un estudio que elabora la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual en conjunto con varios aliados, donde cada año se busca “descubrir lo que funciona mejor para producir un ecosistema en el que las personas puedan alcanzar su máximo potencial, innovando y creando para mejorar la vida en todas partes”. Es decir, lo que se mide son ecosistemas, entendido en este caso como la conjugación que cada país hace de una serie de factores para propiciar ese entorno donde surja la innovación.


El ranking se basa en una calificación de 1 a 100, siendo 100 la máxima nota posible. Como decíamos, a nivel mundial, los líderes son Suiza (con una nota de 65.5), Suecia (nota 63.1) y Estados Unidos (nota 61.3). Costa Rica ocupa la posición 56 (con una nota de 34.5). En Latinoamérica y el Caribe, Costa Rica empata en la segunda posición con México, siendo Chile el líder de la región (nota 35.1)


En el informe de este año, me llamó la atención, de manera global, dos aspectos. Uno es que la inversión en innovación ha mostrado una gran resistencia durante la pandemia originada por el covid-19, alcanzando a menudo nuevos incrementos, pero variando según los sectores y las regiones. Y el otro, tristemente, es que ninguna nación latinoamericana está entre los primeros 50 países más innovadores, Chile, el mejor ubicado, se halla en la posición 53. Y Costa Rica tiene diez años de estancamiento según el mismo informe 2021.


Quizá se esté preguntando, ¿y cómo es que se mide la innovación? Veámoslo brevemente.


Cómo decíamos el GII se basa en una nota o índice que cada país recibe. Este índice surge a su vez de dos subíndices, uno que mide los elementos que permiten y facilitan la actividad innovadora en el país (innovation input) y otro que mide los resultados innovadores (innovation output). El primer subíndice (inputs) abarca cinco grandes temáticas (el GII los define como pilares), a saber, instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación de mercados, así como sofisticación de negocios. Por su lado, el segundo subíndice (outputs) se compone de dos pilares, resultados del conocimiento y la tecnología, así como resultados creativos. En la siguiente figura se puede apreciar la composición de los subíndices y cada pilar.



Fuente: cientificos.pe


Veamos cómo se busca una evaluación equilibrada, considerando no solo los resultados sino también los factores que facilitan (u obstaculizan) dichos resultados. En total tenemos entonces siete pilares y dentro de ellos 81 indicadores que son los que se evalúan para cada país y con base en ello generar los resultados de cada nación y su posición relativa en el ranking.


Veamos algunos de los principales puntajes en el caso de Costa Rica. Los mejores resultados están en el pilar de capital humano e investigación donde tenemos fortalezas a nivel mundial. Por ejemplo el porcentaje de inversión en educación es elevado, nos ubicamos en los primeros diez a nivel mundial. Sin embargo, eso por si solo hay que tomarlo con cautela pues según se ha venido discutiendo en diferentes medios, esa inversión no se está viendo reflejada en otros indicadores que el mismo GII recoge como por ejemplo los resultados en pruebas internacionales de conocimiento (conocidas como PISA) en las cuales se mide el conocimiento en matemática y ciencia. En el otro bloque de análisis (outputs) sobresalimos en resultados creativos, teniendo fortalezas importantes en temas como bienes y servicios culturales y creativos.


Por el lado de las debilidades, hay bastantes que mejorar, pero para efectos de este comentario quisiera resaltar que seguimos con retos muy fuertes en temas de facilidad para crear una empresa así como resolver temas de insolvencia, y también en temas de inversión (capitalización de mercado y presencia de capital de riesgo). Por el lado de los outputs nos está costando crear conocimiento, no solo por patentes, sino por otras formas de producción científica como modelos de utilidad y artículos científicos. 


El GII presenta mucha más información. En este post mi objetivo era esbozar un análisis de la situación  actual considerando los elementos que más afectan a las empresas, que es el punto de interés de este blog. Si gusta leer el informe completo abajo le dejo el link al documento. 


En nuestro próxima publicación estaremos ahondando en la situación de las empresas en general y compartiendo algunas ideas sobre lo que podríamos hacer desde las mismas empresas y otros actores del ecosistema de innovación. 


Link para descargar el informe: https://www.wipo.int/publications/es/details.jsp?id=4560


 

sábado, 28 de agosto de 2021

Cuando resulte difícil innovar en su producto o servicio, innove alrededor de ellos


En muchas ocasiones nuestra empresa opera en un mercado consolidado, con competidores establecidos, donde resulta muy difícil hacer innovaciones en los productos o servicios como tales, ya sea porque dichas innovaciones son fácilmente copiables o porque lo que vendemos es un producto genérico que el cliente está acostumbrado a comprar de la misma forma. También puede darse el caso que son mercados maduros, con productos y servicios bien establecidos, similares entre ellos y bien conocidos por los clientes. Dicho en palabras un poco más teóricas, es muy difícil diferenciar el producto o servicio de la competencia.

En estos casos quizá la innovación en el producto o servicio, la más popular, no sea tan atractiva, porque rápidamente y sin mayor costo podemos ser copiados. Por ello innovar alrededor del producto o servicio puede ser una buena idea. El proponente de este enfoque es el profesor David Robertson en su libro El poder de las pequeñas ideas (The power of litle ideas) [i]quien observó cómo la empresa Sherwin Williams ofrecía una serie de innovaciones alrededor de su principal producto (la pintura), pero dirigidas especialmente a pequeñas empresas de pintores. 

El negocio de la pintura es difícil. Aunque puede haber diferencias “técnicas” en las pinturas la mayoría de usuarios no consideramos o entendemos dichas diferencias. Nuestra lealtad a una marca de pinturas no es muy fuerte y tampoco es un producto que consumamos mucho (¿cada cuánto pintamos nuestras casas?). Por eso en este tipo de negocios la innovación en producto o servicio es importante pero no es suficiente, necesitamos ir más allá y para ello la innovación alrededor del producto es valiosa. En el caso de ejemplo de Sherwin Williams esto implica ofrecer a las pequeñas empresas de pintores servicios adicionales como apoyo en la presupuestación de los proyectos, facilidades crediticias para comprar la pintura y los productos complementarios, apoyo en decoración y diseño de interiores para que estas empresas las ofrezcan a sus clientes, facilidad para devolver productos no usados o para hacer cambios en los pedidos, horarios y ubicaciones convenientes para esas empresas de pintores, información de nuevas tendencias y productos, entre muchas más. Como vemos, hay una serie de innovaciones que gravitan alrededor del producto principal (la pintura) que marcan la diferencia.  

¿Entonces cómo podemos hacer ese tipo de innovación? Tres reglas para ello son seguir al cliente, seguir al dinero y seguir el producto.

Esto significa mapear o comprender muy bien la forma como su cliente utiliza el producto o servicio (la forma como el cliente “se mueve”, lo cual vimos en la experiencia del cliente), la forma cómo compra el producto (cómo se mueve el dinero), así como la forma mediante la cual nuestra empresa entrega el producto (entregar puede incluir desde fabricarlo nosotros mismos hasta comprarlo para revenderlo) o el servicio (la forma cómo lo brindamos).

Seguir al cliente es conocer su experiencia de compra. Como hemos dicho antes es mapear o identificar cada uno de los pasos o etapas que un cliente debe dar para comprar nuestro producto o servicio. Esto abarca al menos tres etapas, lo que el cliente debe hacer antes de comprar nuestros producto o servicio, lo que hace durante el momento de la compra y lo que deberá hacer después de la compra. Entonces ahí se podría dar el primer tipo de innovación, siguiendo al cliente y detectando posibilidades de innovar.

El segundo elemento a seguir es el dinero. En este caso estamos hablando de identificar dónde y por qué el dinero cambia de manos. Evidentemente cuando el cliente compra nuestro producto o servicio hay un movimiento de dinero, él o ella nos paga. Pero, en cierto tipo de empresas, hay más movimientos. Por ejemplo, siguiendo con el caso de la empresa de pinturas, cuando el cliente paga por la pintura usualmente también tiene que pagar por otras cosas como las brochas, los diluyentes, la cubeta, entre otras. Por eso las tiendas de pintura tienen esos productos disponibles, para que el cliente no deba ir a otro lugar. Pero también el cliente que quiere pintar su casa debe pagar a la empresa de pintores, quienes son los que muchas veces le pagan a la empresa de pintura (¿empieza a ver cómo hay diferentes movimientos del dinero?).

Si seguimos observando el movimiento del dinero en la empresa de pinturas, podría ser que el cliente quiera asesoría en la decoración de su casa, momento en el cual hay otro movimiento de dinero. ¿Qué han hecho las empresas de pintura? Tratar de que el cliente se mueva lo menos, y el dinero fluya en una sola dirección. El cliente le paga a la empresa de pintores, estos le pagan a la empresa fabricante o distribuidora de la pintura y el cliente recibe todo en su casa, la asesoría en diseño, los productos y la aplicación de los mismos. ¿Podría hacer el mismo ejercicio en su caso?, ¿Cómo se mueve el dinero antes de llegar a su empresa?

 El tercer elemento a seguir es el producto o el servicio. Existen múltiples combinaciones de rutas que puede seguir un producto o servicio. En algunos casos nuestra empresa lo fabrica y se lo da a alguien más para que lo venda. En otros casos nosotros compramos un producto fabricado por otra empresa y lo revendemos. También puede darse el caso de empresas que hacen todo el proceso, fabrican y venden. Pero no podemos olvidar lo que sucede después del consumo o uso, es decir, cosas como el servicio post venta, las reparaciones o el desecho. Hay empresas que hacen todos los pasos, mientras que algunas van “encadenándose” con otras empresas, por ejemplo, los talleres de servicio autorizado para reparar cierto tipo de productos. Cuando la empresa vende servicios ocurre algo similar, es decir, podemos pensar en un “mapa de pasos” que se requieren para brindar el servicio y que el cliente lo reciba. Note que este tercer seguimiento, el del producto o servicio, es interno, son los pasos que debemos dar como empresa para poder vender el producto o brindar el servicio a nuestro cliente.

En el momento que tenemos mapeados esos tres elementos, el cliente, el dinero y el producto, podemos pasar a las siguientes fases que sería validar con nuestros clientes que eso sea así, aplicar técnicas para tratar de generar innovaciones (eso lo hemos visto en otro post de ese mismo blog) y empezar a experimentar con pequeños cambios o modificaciones.


Este blog fue un extracto del capítulo tres de mi libro recientemente publicado, "Empresas innovadoras: cómo empezar a innovar en su empresa sin gastar una fortuna y con poco riesgo". Disponible en Amazon. Si gusta adquirirlo vaya al siguiente enlace por favor.


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[i] Robertson, David. The Power of Little Ideas: A Low-Risk, High-Reward Approach to Innovation. Harvard Business Press. 2017.

 

jueves, 29 de julio de 2021

Intención emprendedora entre estudiantes universitarios en Latinoamérica

Comprender los factores que estimulan, o inhiben, el espíritu emprendedor de las personas que cursan  estudios universitarios es un tema relevante por diferentes motivos. Uno, por el impacto de estos emprendimientos en la economía (Nike, Airbnb, Dell, Google, Facebook, son solo algunos ejemplos de empresas creadas por estudiantes universitarios), otro por el aporte que hacen a la competitividad de los países y además, no menos importante, por constituirse en una elección de vida para muchas de esas personas.

La intención emprendedora es "el primer paso" en el viaje emprendedor y ahí se funda el acto de emprender. En el ámbito latinoamericano no existen muchos estudios que analicen la forma cómo los factores cognitivos individuales se conjugan con los elementos del entorno universitario para fomentar las intenciones emprendedoras de los estudiantes en las universidades.

Partiendo de lo anterior, un grupo de colegas profesores del Tecnológico de Costa Rica y la Universidad Católica de Uruguay, nos propusimos contribuir con el conocimiento en esta materia. Para ello planteamos una investigación que buscó precisamente analizar cómo las variables del contexto universitario  y las variables cognitivas individuales influyeron  en la intención emprendedora de los estudiantes universitarios latinoamericanos.

A partir de una revisión teórica y basados en los datos disponibles al momento de la investigación, planteamos un modelo teórico que se componía de dos variables independientes pertenecientes al contexto universitario y tres a la condición cognitiva de las personas.

Las variables del contexto universitario fueron "Aprendizaje adquirido" y "Educación emprendedora". La primera indaga si la persona sintió que los cursos que llevó en la universidad le sirvieron para desarrollar sus habilidades para iniciar un negocio, visualizar oportunidades de negocios así como desarrollar redes de contactos. La segunda variable se refiere a si la persona llevó algún curso específico de emprendimiento estando en la universidad.

Las variables cognitivas fueron el "Control de conducta percibido”, la “Intención de implementación” y  la “Actitud”. En los tres casos fueron preguntas relacionadas con aspectos concretos que la teoría ha señalado como vitales para tomar la decisión de emprender, la percepción de tener la capacidad de llevar a cabo cierta tarea, la intención de llevarla a cabo y la actitud que uno tiene hacia esa tarea. 

Mediante un modelo de regresiones lineal multinivel jerárquico tratamos de correlacionar las variables independientes con la dependiente (intención de emprender). Esto lo pudimos hacer para 9012 estudiantes universitarios de nueve países latinoamericanos, a saber: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, y Uruguay.

Los resultados dejaron ver que las variables cognitivas contribuyeron a explicar la intención de emprender de la muestra analizada. En el caso del contexto universitario hallamos algunas cosas interesantes. Mientras que el aprendizaje adquirido constituye una variable que explica la intención emprendedora de los estudiantes universitarios directa e indirectamente, matricular cursos de emprendimiento influye negativamente en su intención emprendedora.

En el primer caso, las regresiones dejaron ver que la relación entre aprendizaje adquirido y la intención de emprender fueron positivas y directas, pero, además, al combinarse con las variables cognitivas se dio un efecto mayor. En cuanto al segundo hallazgo, pareciera que el hecho de haber llevado cursos de emprendimiento no influyó positivamente en la intención de emprender, de hecho la relación fue negativa aunque muy baja. En todo caso es una discusión que sigue abierta, cómo diseñar y de qué manera impartir los cursos de emprendimiento para que el efecto sea positivo.

Finalmente es importante señalar que el modelo teórico esbozado explicó el 56% de la variación en la intención emprendedora.

Esta investigación tiene implicaciones para los profesores que imparten cursos de emprendimiento así como para las universidades que diseñan programas para apoyar a sus emprendedores. La investigación también tiene limitaciones que pueden a su vez sugerir futuras investigaciones, por ejemplo, no se pudo explicar la relación negativa entre cursos de emprendimiento e intención de emprender, lo cual será interesante de seguir investigando. Además, el estudio es para un momento específico (año 2018) y en un entorno concreto como el latinoamericano, factores que también podrían ampliarse en futuros trabajos. 

Si gusta leer el artículo completo publicado en la revista Academia Revista Latinoamericana de Administración vaya al siguiente link: articulo completo






martes, 29 de junio de 2021

Innovar en la experiencia del cliente


Su cliente debe hacer “un viaje” cada vez que consume su producto o su servicio. Los pasos o la ruta de dicho viaje vamos a llamarla “experiencia del cliente”. La experiencia del cliente podemos dividirla en tres grandes áreas, todo lo que sucede antes de recibir el producto o servicio, el momento en el cual lo recibe y posteriormente todo lo que sucede después de hacer recibido el producto o servicio.


Trango Consultores es una empresa pequeña, de 18 empleados, que ofrece servicios de consultoría en el área informática. Fundada en 1996 por tres socios, Trango asesora a otras empresas (sus clientes) en el desarrollo de sus áreas de Tecnología de Información. El viaje de un cliente de Trango se compone de las tres fases que hemos hablado, lo que sucede antes, durante y posteriormente a recibir el servicio. Hace muchos años, después de que Trango efectuaba algún trabajo o atendía un problema de un cliente con sus sistemas informáticos se generaba un reporte escrito de la visita, luego ese documento se transcribía y se enviaba al cliente, usualmente de forma mensual. En un momento dado Bernal, el gerente y uno de los fundadores de la empresa, junto a su equipo de trabajo se percató que esta forma de trabajo era ineficiente porque esos reportes no estaban sistemáticamente organizados con lo cual se perdía mucho conocimiento. Por ejemplo, si un cliente había tenido un problema con un sistema, en ese reporte se indicaba cómo se había atendido el problema, cuáles herramientas se habían usado, pero, al no estar fácilmente disponible muchas veces cuando el mismo cliente, u otro, tenía nuevamente un problema esa información previa no se utilizaba, lo cual era ineficiente.


A partir de eso surgió la idea de sistematizar esos reportes, mejor dicho, el conocimiento generado, para lo cual se creó un sistema informático dentro de la misma empresa Trango para que todos sus consultores pudieran ver la información de un cliente cuando les tocara atenderlo. Posteriormente surgió la idea de los clientes también pudieran tener acceso a dicha plataforma, para lo cual se transformó en una plataforma de auto servicio hospedada en Internet para consultas e informes de los clientes. En ella los clientes pueden ver sus reportes, tener control de su información e incluso interactuar con Trango.


Como vemos, la experiencia del cliente se vio enriquecida en una de sus etapas, la posterior a recibir el servicio. Pero cuando el cliente es habitual, ese viaje es continuo y lo que tenemos es una relación. En el caso de Trango, dicha relación se vio fortalecida por esta innovación que Bernal y su equipo implementaron hace ya bastante tiempo.


Ahora bien, cada empresa es distinta, por eso el primer paso para innovar en la experiencia del cliente es dibujar el mapa específico para sus clientes. A partir de ahí podremos innovar. En concreto mi sugerencia es seguir los siguientes pasos:


Paso 1. Dibuje el mapa de la experiencia de su cliente

En primer lugar, reúna a su equipo de trabajo y explíqueles el objetivo del mapa. De forma conjunta piensen en todas las fases o etapas del cliente y dibújenlas en un cartel o pizarra. Póngale nombre a cada una y explique brevemente su significado. Hagan varias rondas de ajuste hasta tener un mapa que todos consideren es el correcto.


Seguidamente hay que asegurarse que lo que nuestra empresa ve es lo que el cliente realmente hace. Escoja a tres de sus mejores clientes, aquellos que son fieles, pagan puntualmente y le traen referidos. Hágales una entrevista, para tratar de comprender cómo es ese “viaje”. Pídale que le cuente cómo fue la última vez que “hizo” ese viaje. Incluso si pudiera hacer el viaje con ese cliente sería espectacular, porque iría más allá de que se lo cuenten a vivirlo. Esto claramente en algunos casos es difícil de hacer, pero le insto a tratar de hacerlo. Es sumamente importante.


Ahora tendrá dos mapas. El que dibujó su equipo internamente y el que hizo producto de las entrevistas con sus clientes. Compárelos, si son muy diferentes es una llamada de atención, necesita conocer mejor a su cliente.


Incluso, según sea su negocio, podría necesitar dos mapas. Por ejemplo, uno para cuando el cliente entre en contacto con su empresa por primera vez y se finiquita la venta y otro para cuando el cliente se vuelve recurrente. Imagine un gimnasio o una escuela. Habrá un mapa para la primera vez que su cliente entra en contacto con su empresa, pero además habrá otro para cuando se convierte en un cliente fiel y constante. En otros casos, podría suceder que su empresa le venda a otras empresas y esas empresas sean quienes le vendan a sus clientes o consumidores finales. Por ejemplo, su empresa produce algún tipo de alimento o bebida y distribuye entre supermercados donde sus consumidores finales adquieren el producto. Por ende, tendrá dos mapas también, uno de su empresa con su intermediario y otro del consumidor final con su empresa. No olvide que en todos los casos debe incluir la fase previa, de compra y la posterior.  


Paso 2. Busque espacios para innovar

Una vez tenga el mapa o mapas listos, vamos a buscar espacios para innovar.


Empecemos por analizar con su equipo cada una de las fases de ese viaje y cómo su empresa atiende dichas fases. Luego pregúntese, ¿qué podemos hacer para mejorar esa fase y la forma mediante la cual la empresa la atiende?


En algunos casos, cuando tenemos mucho tiempo de hacer las cosas de la misma manera o en nuestro sector las formas de hacer las cosas están muy consolidadas, podría ser que necesitemos estímulos externos. Le sugiero algunos.


1- Busque empresas para compararse y tomar ideas. Pero evite hacerlo con sus competidores, porque lo que conseguirá es ser un imitador y no diferenciarse. Mejor busque otras empresas, por ejemplo, las que atienden a sus clientes en otros espacios. O también empresas que enfrentan los mismos retos suyos.


Por ejemplo, si su empresa es un gimnasio deportivo seguramente habrá dos mapas de experiencias del cliente. Una para cuando el cliente se acerca por primera vez a su empresa y otra para cuando es un cliente fijo. Una vez que tenga ambos mapas, según lo señalado previamente, una forma de generar ideas para mejorar alguna de las etapas del viaje del cliente sería compararse con otras empresas diferentes de un gimnasio. ¿Qué tal analizar cómo es el viaje del cliente de una escuela o colegio y ver qué podemos adaptar para nuestro gimnasio? ¿O qué tal si nos comparamos con una empresa de consultoría como Trango que atiende a otras empresas, o contra un restaurante del cual seamos clientes? Buscar contra quien compararnos puede ser un ejercicio de innovación por si mismo que puede integrar en una de sus sesiones de ideación con su equipo de trabajo.


2- Pregúntese en cada fase, ¿qué pasaría si cambia algo?, o, ¿por qué se debe hacer de esa forma?, incluso, ¿qué sucederá si lo eliminamos?


3- Valore cuál de las fases es la más complicada para su cliente y para su empresa. Es lo que algunos autores llaman puntos de dolor. ¿Cómo podemos mejorar esos puntos de dolor? Por el contrario, ¿cuáles son las más sencillas, las más felices, para sus clientes y su empresa?


4- Los profesores Chan Kim y Renée Mauborgne, creadores de la estrategia de océano azul, proponen que una empresa pueda entregar seis tipos de valor en cada una de las fases del viaje del cliente: productividad, simplicidad, conveniencia, reducción de algún riesgo, diversión e imagen, así como preservación del ambiente[i]. Con base en esto, plantéese junto a su equipo de trabajo la forma mediante la cual podrían innovar en alguna de las etapas del viaje del cliente aplicando alguno de esos seis conceptos.


Paso 3. Ejecute, haga pequeños experimentos

Al finalizar este ejercicio, deberían tener varias ideas para innovar. El siguiente paso sería seleccionar una y ejecutarla. Como este primer ejercicio queremos mantenerlo simple, seleccione una idea de las más fáciles de ejecutar y hágalo. Haga pequeños experimentos para ver cómo reaccionan sus clientes ante el cambio en su experiencia. Mida los resultados y si ve que funciona impleméntelos de forma definitiva. 


¡Ya tenemos una primera innovación!

 

Este blog fue un extracto del capítulo tres de mi libro recientemente publicado, "Empresas innovadoras: cómo empezar a innovar en su empresa sin gastar una fortuna y con poco riesgo". Disponible en Amazon. Si gusta adquirirlo vaya al siguiente enlace por favor.


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[i] Kim, W. Chan; Mauborgne, Renée. Blue ocean shift: Beyond competing-proven steps to inspire confidence and seize new growth. Hachette, 2017.

 

viernes, 28 de mayo de 2021

Cómo innovar con sentido estratégico y no por ocurrencias

 

El primer paso para empezar a innovar es definir para qué quiero hacerlo. A eso yo le llamo innovar con sentido estratégico y no por ocurrencias. Para que la innovación funcione debe estar alineada con la estrategia de la empresa. Si la innovación no tiene un norte a seguir, que se lo da la estrategia, cualquier cosa que hagamos innovadora parecerá buena idea.

 

Una estrategia no debe ser complicada. Puede ser algo tan sencillo como poner en 35 palabras tres cosas: un objetivo, el alcance y la ventaja. El objetivo es lo que la empresa quiere lograr, su objetivo más importante. Debe ser claro, medible, específico y sujeto a un plazo. Este objetivo marcará el rumbo de su empresa y las decisiones que se tomen. El alcance es definir quién es su cliente. Y la ventaja aquello en lo cual su empresa será diferente a la competencia. Así de sencillo. Esta forma de plantear una estrategia la propusieron hace mucho tiempo los profesores David J. Collis y Michael G. Rukstad, bajo el nombre de enunciado estratégico.

 

Utilizando como ejemplo a Pulse, una empresa costarricense pequeña la cual admiro y que se define como un estudio de diseño interdisciplinar, podríamos elaborar el siguiente enunciado estratégico: facturar anualmente un millón de dólares, ofreciendo un servicio de estudio de diseño, diferenciado por el conocimiento, la experiencia y el abordaje multidisciplinario, a clientes con necesidades de soluciones innovadoras a problemas estratégicos, de comunicación o de diseño.

 

Cuando ya tenemos una noción de la dirección que deseamos darle a la empresa, el siguiente paso es decidir en cuál área vamos a innovar. A veces se piensa que la innovación solamente se relaciona con nuevos productos y servicios, pero es un error, se puede innovar en muchas áreas. Larry Keely y sus colegas autores del libro "Ten types of innovation" sugieren que existen diez tipos de innovación que se pueden agrupar en tres grandes categorías, innovaciones "detrás de escenas" o en la configuración del negocio, por ejemplo, la forma mediante la cual se cobra por el producto o servicio. La segunda categoría es innovación en los productos y servicio como tales y la tercera es innovación en la experiencia del cliente. 

 

Tendiendo claro, hacia donde queremos llevar la empresa y en función de ello cuál tipo de innovación nos conviene más, llega el momento de, ahora si, ponernos a innovar. Es decir, aplicar las metodologías y técnicas más apropiadas según lo anterior. Existen muchas técnicas, a veces incluso caemos en el error de darle mucho énfasis a ellas, pero sin las definiciones estratégicas previamente mencionadas, las técnicas por si solas no son útiles.


En el siguiente post conversaremos sobre algunas de esas técnicas.


Este blog fue un resumen de la primera sección de mi libro recientemente publicado, "Empresas innovadoras: cómo empezar a innovar en su empresa sin gastar una fortuna y con poco riesgo". Disponible en Amazon. Si gusta adquirirlo vaya al siguiente enlace por favor.

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martes, 27 de abril de 2021

Buscando o evaluando socios para emprender: tome en cuenta estos consejos

 

Hace poco recibí un mensaje de mi amigo Erick Guillén preguntándome mi opinión sobre una persona que fue estudiante nuestro en la maestría del TEC, pues estaba pensando proponerle que fueran socios en una nueva empresa que Erick quiere formar. Rápidamente le respondí que dicha persona me parecía honesta y de mucho empuje, por lo cual mi percepción era que podría ser un buen socio.

 

Ese mismo día me quedé pensando que yo señalé dos elementos, honestidad y empuje, pero de seguro hay más. De ahí me surgió la idea de publicar este post, pensando en las personas que están buscando o deben valorar si se asocian con alguien para crear una empresa.

 

Lo primero que hice fue consultar a gente allegada, quienes poseen socios en sus empresas. Traté de mezclar, hombres y mujeres, en diferentes rangos de edad, dueños de empresas que operan en diversos sectores, algunas con muchos años de operar versus otras más jóvenes. En fin, busqué variedad de criterios.

 

A mi llamado respondieron cuatro personas, Rafael Campos, Allan Matarrita, Juliana Redondo y José Andrés Pérez. Posteriormente busqué qué señala la investigación académica al respecto, para tener una doble perspectiva, la experiencia y la científica.

 

Producto de lo anterior, presento a continuación el resumen con los puntos más importantes. Luego le comento quienes son las personas que atendieron el llamado y comparto sus respuestas completas (ligeramente editadas para fines de presentación en el post).  Creo que merecen ser leídas.

 

Los puntos más importantes a considerar al buscar o evaluar socios son los siguientes:

 

·         La persona(s) con quien me asocie debe compartir mis valores y principios.

 

·         El ejemplo más común fue el matrimonio. Se debe tener el mismo cuidado y nivel de comunicación. Además, desde el inicio es buena idea prever los términos de una eventual separación.

 

·         Es muy importante auto conocerse pues todas las personas entrevistadas coincidieron en que los socios deben complementar nuestras habilidades y mejorar nuestras debilidades. Socios iguales a uno no es una buena idea en opinión de todos los entrevistados.

 

·         Tener como socios a amigos o familiares no necesariamente es bueno, se debe valorar con sumo cuidado. Especialmente en función de los puntos anteriores.

 

·         La experiencia no es tan importante. Pesan más los factores anteriores.

 

·         El aporte de cada socio debe ser diferente pero equitativo, es decir, todas las personas deberían aportar según sus habilidades y conocimientos, pero de forma equitativa.

 

 

Ahora bien, ¿qué dice la literatura científica al respecto?

 

Desde hace muchos años está probado que empresas conformadas por equipos de socios tienen mayores posibilidades de sobrevivir y obtener mejor desempeño que las empresas conformadas por un solo socio. No obstante, mucha de la investigación científica no considera la distribución de habilidades entre los socios, es decir, no contempla la composición del equipo fundador. Y como vimos, acorde a nuestros entrevistados esto importa, y mucho.

 

Recientes investigaciones han empezado a indagar en dicha composición. Entre los artículos que consulté, me encontré uno de los profesores Daniel Reese, Verena Rieger y Andreas Engelen quienes plantearon un abordaje muy interesante. Primero dividieron las habilidades (o competencias como se le llama más frecuentemente en la jerga académica) de un equipo de socios en tres posibles categorías: emprendedoras, gerenciales y técnicas. Las primeras tienen que ver con identificar oportunidades y llevarlas a cabo en entornos poco conocidos y riesgosos. Las segundas están relacionadas con la coordinación de tareas y personas e implican la generación de recursos, las decisiones de asignación y la supervisión de los procesos para que la empresa funcione correctamente. Finalmente, las terceras son las relacionadas con el campo técnico especializado en el cual la empresa se desenvuelve, concretamente fabricar o comercializar un producto, o prestar un servicio. 

 

Posteriormente eligieron como muestra de su estudio 1863 equipos de fundadores de empresas en Estados Unidos, enlistadas en una base de datos especializada en tales temas. De dichos equipos recogieron información sobre sus habilidades o competencias usando LinkedIn como fuente de información. Posteriormente analizaron comparativamente el desempeño de la empresa (medido por la cantidad de capital inicial de inversión que recibieron) en función del grado de distribución de las habilidades. Esto fue así, equipos donde todos los socios compartían plenamente los tres tipos de habilidades (emprendedoras, gerenciales y técnicas) versus equipos donde esas habilidades se distribuían de diferente forma.

 

¿Las conclusiones del estudio?

 

Es necesario que todas las personas del equipo fundador posean un cierto nivel de habilidades emprendedoras pero las habilidades gerenciales y técnicas es mejor que estén distribuidas en diferentes personas. Veamos como esto coincide con lo que nos dijeron nuestros entrevistados, complementariedad en habilidades, reforzamiento de nuestras debilidades. 

 

Así que ya lo sabe, cuando de buscar o evaluar socios se trate, siga estas reglas que la experiencia y la investigación nos proporcionan.

 

Para quienes deseen profundizar, a continuación, les dejo las respuestas detalladas de las personas que acudieron a mi llamado, así como la referencia del artículo científico consultado.

 

Rafael Campos, socio de Altus, una empresa fundada en 2007, dedicada a la prestación de servicios de consultoría y valor agregado en tecnologías de información y comunicación me dijo lo siguiente: 

 

Nunca he tenido la experiencia de "buscar" un socio, pero sí he tenido socios buenos y no tan buenos, entonces mi recomendación para esta persona iría más en el sentido de qué características buscar en un socio.

 

Primero, le haría la trillada advertencia de que una sociedad es como un matrimonio y que, por tanto, el socio debe escogérsele con el mismo cuidado que se escogería a un cónyuge. Además, que debe preverse un posible divorcio desde el día uno. Es mejor dejar las reglas claras respecto a una posible separación desde el inicio de la sociedad que entrar en pleitos después.

 

El socio debe ser una persona que comparta mis valores y principios. Si mis principios no me permiten involucrarme en prácticas de negocios que considero incorrectas no puedo tener un socio que sí esté dispuesto a hacerlo. Lo mismo con el riesgo, si mi tolerancia al riesgo es baja, no puedo tener un socio que todo el tiempo quiera asumir riesgos altos.

 

En cuanto a habilidades duras y blandas, el socio debería ser un complemento de uno mismo. Si yo soy bueno en el área técnica, sería mejor conseguir un socio bueno en el área comercial. Si yo soy introvertido, sería útil tener un socio extrovertido.

 

Hay que tener cuidado con socios "más experimentados". No necesariamente porque un socio tenga más edad y experiencia que yo, significa que sus opiniones y decisiones serán mejores que las mías. Me sucedió que tuvimos un socio 10 años mayor en quien confiamos ciegamente para administrar la empresa y al final mis otros socios y yo, más jóvenes y con menos experiencia, terminamos tomando mejores decisiones que él.

 

 

Allan Matarrita, fundador de varias empresas en tecnología y comunicaciones, su más reciente The Sonar Company, un startup con sedes en Estados Unidos y Costa Rica, que utiliza tecnología de transmisión de datos a través de frecuencias ultrasónicas, me respondió de la siguiente forma. 

 

Siento que cuando queremos emprender, buscar un socio es en lo primero que pensamos. Tal vez por sentirnos acompañados frente a algo que no conocemos.  Entonces buscamos  generalmente entre nuestros amigos o conocidos de confianza. Creo que en ello se cometen varios errores, pues en mi opinión un socio debe venir para complementar nuestras debilidades.

 

Entonces, en mi opinión, el primer paso siempre debe ser el autoconocimiento. Preguntarse qué tengo por aportar, y cuáles  son mis principales debilidades. Si en la situación inicial de mi compañía, hay debilidades que representan un bloqueo (por ejemplo, descubrir que no tengo talento para las ventas, o que por el contrario, tengo muchos contactos pero no sé cómo hacer el producto),  pues entonces es mejor buscar un socio que compense esa debilidad. Si mis habilidades actuales no representan ningún tipo de bloqueo, el socio puede esperar.

 

Un socio siempre debe ser  complementario. En mi experiencia, muchos emprendimientos comienzan con dos socios que hacen exactamente la misma labor. Eso es una mala señal. Los problemas empezaran si uno tiene mejor desempeño que el otro, o no hay claridad en las funciones.

 

El networking me parece una buena forma de buscar socios potenciales. Y por supuesto, tiene que haber click. Al final del día somos seres humanos. Es como buscar una pareja.

 

Juliana Redondo, emprendedora fundadora de varias empresas en las áreas de salud y servicios, me compartió estas reglas. 

 

 

·         No hacer negocios con familia, esas relaciones las cuido mucho como para exponerlas a las tenciones propias de un emprendimiento.

 

·         No confundas un buen amigo con un buen socio, hay que evaluar el posible socio 100 % por lo que puede aportar al emprendimiento, fría y calculadoramente

 

·         Para emprender el socio debe poder complementar tus debilidades, en lugar de parecerse a vos, este es el punto más riesgoso, porque uno se siente bien con los que piensan igual que uno, pero es posible que  si tus fortalezas y debilidades se parecen a las de los socios, no hay buen complemento, alguien tiene que ser bueno vendiendo y otro bueno produciendo, lo administrativo y financiero o se aprende o se subcontrata pero producir y vender sí que hace falta quien se haga cargo.

 

·         Si desconfías de tu socio, salí corriendo, a cuenta de que arriesgarse y salir pronto antes que haya algo de plata que complique las cosas.

 

·         Si al evaluar lo que cada socio aporta hay desbalance, es muy posible que termine en mal puerto

 

·         Para emprender o el socio aporta plata en serio, lo que ocupa para el arranque (socio financiero) o aporta trabajo en serio, claramente definido quien hace que, aportar solo ideas no sirve de nada, de buenas ideas  está lleno el mundo, hace falta mucho trabajo para echarlas a andar.

 

·         Si es posible logra al menos 52 % de las acciones, por si te ves en el apuro aplicar ese peso a tu favor para alguna decisión crucial.

 

 

Jose Andrés Pérez Bertozzi, cofundador en el año 2004, junto a seis socios más, de la empresa GTS®, especializada en el aprovisionamiento de servicios y soluciones en el área de software y tecnologías digitales, me contestó de la siguiente forma.

 

Respecto a tu consulta ¿Qué le recomendarías a alguien que está buscando un socio para emprender una empresa? me gustaría remitirme a un libro que leí hace unos años de Grandes Casos Empresariales que tiene el título de "El relanzamiento de Microsoft: Cómo reinventaron su empresa Bill Gates y Steve Ballmer", en este libro se habla de cómo Gates reclutó a Ballmer y particularmente el subtítulo de este acontecimiento lo llaman "La extraña pareja". 

 

En el texto se evidencias las características físicas opuestas de ambos personajes, así como sus diferencias académicas y de experiencia; si bien eran conocidos de la juventud cuando estudiaron juntos, Gates pasaba por un momento caótico y necesitaba de una persona de confianza que le ayudara a poner orden en su empresa; contaban con visiones de vida distintas, pero Gates sabía que necesitaba a Ballmer, por lo que le hizo una propuesta que Ballmer terminó aceptando (aún pese a la polémica de muchos de que este no podía programar) para convertirse en el undécimo empleado de Microsoft. 

 

Esta paráfrasis de la historia me hace ver que para determinar cuál es el socio adecuado para mi negocio, debo de conocer mi negocio, saber dónde estoy fallando y cuáles son las necesidades de mi negocio para complementarlas con personas que cubran esos vacíos, un socio de confianza, que si bien, puede tener una personalidad opuesta, llegue a balancear el barco del negocio, complementando sus habilidades de manera alineada con la visión de la empresa.

 

La investigación que utilicé fue publicada en el siguiente artículo:

 

Reese, D., Rieger, V., Engelen, A. (2020) Should competencies be broadly shared in new ventures' founding teams? Strategic Entrepreneurship Journal, 1– 22. 

https://doi-org.ezproxy.itcr.ac.cr/10.1002/sej.1356