viernes, 29 de agosto de 2025

Direccionalidad: el primer paso para hacer de la innovación un hábito

🧭 La innovación necesita una dirección. Sin ella, puede convertirse en una fuerza poderosa pero desordenada, que consume recursos sin generar los frutos esperados. 

Así me lo planteó Mauricio Vargas, cofundador de Alsec —una de las empresas más innovadoras de Colombia—, donde la estrategia empresarial es la que marca el rumbo de la innovación.

Por eso, el primer pilar para hacer de la innovación un hábito es contar con una estrategia clara que actúe como guía o faro. En Alsec, esto se traduce en una serie de principios rectores: reglas de juego que definen cómo innovar, cuánto riesgo asumir o qué tipo de productos desarrollar.

📌 Lo mismo ocurre en otras empresas altamente innovadoras:

  • En Yaskawa, México, la innovación se organiza a partir del plan estratégico de toda la organización.
  • En Astek, una empresa costarricense que ha sido premiada por su innovación, la innovación forma parte de los objetivos estratégicos. Su política formal en la temática declara su compromiso con la creatividad, la investigación y el trabajo colaborativo.
  • Glya, es una empresa colombiana que se encuentra en una fase de consolidación de su propuesta de valor por lo cual todos sus esfuerzos de innovación están canalizados hacia ese rumbo.
  • En Colombia Cycling, premiada por su capacidad innovadora, no hay un plan estratégico tradicional, pero sí una visión clara de hacia dónde va la empresa y qué papel juega la innovación. Tienen objetivos medibles y un flujo constante de ideas que validan directamente con sus clientes.

📌 Una parte esencial de la direccionalidad es también definir qué significa innovar para cada empresa.

  • En Vinzeta (Colombia), con más de 85 años de trayectoria, la innovación se enfoca en mejorar la experiencia de compra y consumo de sus clientes.
  • En Hugger Island (Colombia), una empresa social, innovar significa crear estrategias y herramientas para el manejo de emociones con sus clientes, lo cual es parte de su propuesta de valor.

📌 Una vez que la estrategia, los principios rectores y los objetivos están definidos, el siguiente paso es medir y evaluar los resultados. El nivel de formalidad para esto puede variar:

  • En Kemical (Costa Rica), existe una unidad exclusiva de innovación, con tres personas a tiempo completo, lo cual, dadas sus dimensiones, (alrededor de 60 empleados) es una apuesta importante.
  • En Industrias Carmiol, también en Costa Rica, con solo ocho empleados, tienen un esquema igualmente organizado, que incluye dirección estratégica, principios rectores, definición de innovación, objetivos claros y mecanismos de evaluación.

 Conclusión:

Dar direccionalidad a la innovación —como primer paso para convertirla en un hábito— es posible en empresas de todos los tamaños. Lo importante es tener claridad sobre hacia dónde se quiere ir, qué papel jugará la innovación en ese camino y la forma de medirlo.


📘 Este texto es un extracto de mi libro "Haciendo de la innovación un hábito", basado en visitas a 15 empresas altamente innovadoras en México, Colombia y Costa Rica.

En él desarrollo una propuesta práctica en torno a cuatro pilares: direccionalidad, procesos, cultura y personas, con liderazgo y contexto como ejes transversales.

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