Concluimos esta seguidilla de blogs dedicada a los dolores que atraviesan usualmente las empresas cuando crecen. Le sugiero leer los previos: carencia de personal, (lea Primer dolor), falta de procesos para que el producto o servicio siempre tenga la misma calidad, es decir, operaciones y actividades (lea Segundo dolor) así como descoordinación entre lo que estoy ofreciendo (comunicación) y lo que puedo atender con los recursos que poseo (recursos) (lea Tercer dolor)
El cuarto dolor es la falta de dinero o capital para crecer. Este dolor se resuelve por medio de crédito o con recursos propios, sin embargo, en cualquiera de esos casos antes necesitamos tener ciertas cosas claras. Empecemos con un ejercicio similar al que hicimos en los tres casos previos, lea estos enunciados y determine cuál describe mejor la posición de su empresa.
1. No sabe el margen de rentabilidad que le genera cada producto o servicio.
2. Sabe que algunos productos o servicios son rentables pero en los otros no tiene idea.
3. Sabe cuáles productos o servicios son rentables y los que no lo son se eliminan o se mantienen porque sirven a los rentables.
4. Todos los productos o servicios son rentables y se mantiene un control permanente sobre dicha rentabilidad.
Una vez tengamos lo anterior claro podemos empezar a tomar decisiones. Si se halla en el primer escenario, es vital que estudie la rentabilidad de cada producto o servicio, sin saber eso es peligroso intentar crecer. Cuando tenga claro la rentabilidad (escenarios 3 o 4) puede ahora si tomar la decisión de si el dinero para crecer vendrá de las propias utilidades de la organización o si buscará un crédito. Cada una de estas opciones tiene sus ventajas y desventajas, dado que no es tema de este post solamente le sugiero que siempre investigue y compare todas las posibles opciones.
Como hemos mencionado en reiteradas ocasiones, en la vida real estos dolores de crecimiento se intercalan, difícilmente llegan por separado, al contrario, se mezclan y se deben atender de forma simultánea. Pero si logramos ir balanceándolos, de forma tal que tengamos a personal competente a cargo de la mayoría de funciones más importantes sin depender solo de la persona que gerencia o fundadora, con procesos clave definidos y eficientes, con ventas que cubren todos los costos y permiten reinvertir, tendremos las bases sólidas para buscar un crecimiento sano y sostenible.